Raúl España Cuellar - Prólogo del libro Medio siglo de sociología en Bolivia. - Instituto de Investigaciones Sociológicas “Mauricio Lefebvre”

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Prólogo del libro Medio siglo de sociología en Bolivia. Una historia narrativa de la carrera de Sociología de la UMSA, de Mario Murillo, presentado el 12 de junio de 2019

 

Félix Raúl España Cuellar

Director del Instituto de Investigaciones  Sociológicas “Mauricio Lefebvre”

 

El presente libro recorre la historia de la carrera de Sociología de la Universidad Mayor de San Andrés, a partir del testimonio de sus protagonistas y de su imbricación en las luchas sociales del pueblo boliviano. Este recorrido pone en evidencia hitos fundamentales del devenir de la Carrera, que están íntimamente ligados a los procesos sociopolíticos por los que atravesó la sociedad boliviana en las últimas cinco décadas, entre los que destacan cuatro momentos fundamentales.

Un primer momento, que el autor caracteriza como la época épica, abarca desde la fundación de la carrera el año 1967 –que coincide con tres hechos históricos relevantes: la emergencia del autoritarismo militar en Bolivia, la guerrilla del Che Guevara y la masacre de los mineros de Siglo XX y Catavi que resistían a la dictadura militar y anunciaban su respaldo a la gesta guerrillera–, hasta la huelga de hambre de fines de 1977 iniciada por cuatro mujeres mineras, la cual marcó el inicio del fin del ciclo del autoritarismo militar.

Es la época de la rebelión contra el imperialismo norteamericano, del compromiso por la liberación nacional, de la inmolación de prominentes dirigentes estudiantiles de la universidad boliviana y de la carrera de Sociología en la guerrilla de Teoponte, de la lucha por preservar la autonomía universitaria, de la revolución universitaria, del poder estudiantil; pero es también la época de la lucha contra el autoritarismo militar por la reconquista de la democracia, de la cual el movimiento universitario y particularmente los estudiantes de Sociología fueron importantes protagonistas.

Es la época del compromiso y de la formación crítica, de los grupos de estudio paralelos a las cátedras formales, de la resistencia desde las aulas al oscurantismo y conservadurismo. En ese entonces, se estudiaba sociología para conocer la realidad social y para transformarla.

Un segundo momento se identifica con la época de la “insurrección democrática”; inicia con la huelga de hambre de las cuatro mujeres mineras a fines de 1977 bajo la consigna de amnistía general e irrestricta y la democratización sin condiciones y tiene su punto cúlmine el 10 de octubre de 1982 con el ascenso democrático de Hernán Siles Zuazo al poder. Este proceso, a diferencia de otros países latinoamericanos, implicó la derrota del autoritarismo y la recuperación de la institucionalidad democrática, no a través de una concertación, sino como acto de movilización de masas: “en la euforia de enero de 1978, luego del triunfo de la huelga de hambre, flotaban los ecos de la democracia de masas: las asambleas mineras, fabriles, universitarias, las movilizaciones callejeras, los comités de bases. El signo era la multitudinaria movilización generada por la huelga de hambre, la recuperación de la vigencia de las organizaciones sindicales, la Federación Sindical de Trabajadores Mineros de Bolivia, la Central Obrera Boliviana, la red organizacional construida en los marcos de la huelga de hambre, esa era la democracia conquistada.” [1]

Es la época de la reconstrucción de la Carrera, de las jornadas académicas para la elaboración de un nuevo plan de estudios, de los exámenes de competencia para los profesores. Es también un tiempo de debate en las aulas, de la interacción activa y horizontal entre docentes y estudiantes en el proceso de enseñanza y en la producción de conocimientos. Es la época en la que se define que el objetivo central de la Carrera es la formación de investigadores sociales consustanciados con la realidad concreta, con compromiso social y excelencia académica. Es la época en que docentes y estudiantes se exigen para ser lo mejor posible en la convicción de que para cambiar el mundo se tiene que superar la mediocridad y el oportunismo. Es el momento de la alegría y la esperanza. Es el momento fecundo de la carrera de Sociología.

Un tercer momento coincide con la época de la consolidación democrática, que abarca desde octubre de 1982 hasta la disrupción del ordenamiento neoliberal de la sociedad por las masas movilizadas que tuvo su expresión más intensa en las históricas jornadas de octubre de 2003. Sin embargo, la algarabía por la reconquista de la democracia y el momento fecundo de la carrera de Sociología, que fue un breve verano, se vieron interrumpidos de manera brusca por el golpe de Estado de 1980, uno de los últimos estertores del autoritarismo militar que cristalizó en la narco-dictadura encabezada por el general Luis García Meza y su lugarteniente, el coronel Luis Arce Gómez. La resistencia a la barbarie autoritaria culminó con una nueva victoria popular, la imposición del respeto a la tercera victoria electoral de la Unidad Democrática y Popular (UDP) y por lo tanto la asunción de Hernán Siles Zuazo como presidente constitucional de la República de Bolivia. El año 1982, una vez más, como había sucedido en 1978 y 1979, las masas movilizadas doblaron el brazo a los militares, pero también una vez más “la rebelión plebeística se traducía en un paramento institucional que tenía un sabor todavía muy doctoral y en última instancia señorial sin vuelta”.[2]

Esta época marca la tercera etapa de reconstrucción de la Carrera, es la etapa de la estabilidad académica, de su institucionalización, de la conformación del Instituto de Investigaciones Sociológicas, de la reedición de la Revista Temas Sociales, constituida el año 1968. También es la época de las paradojas, del reordenamiento neoliberal de la sociedad y del Estado, de la despolitización del movimiento estudiantil y de la emergencia del clientelismo y el corporativismo en la democracia universitaria. Pero al mismo tiempo es la época de la democratización de la educación superior, es la época de la incorporación masiva de sectores populares a la universidad y a la carrera de Sociología en la que emergen con fuerza las corrientes indigenistas e indianistas.

Es la época en la que se entrega la democracia a los políticos profesionales que viven de la política, en la que se “cruzan” los ríos de sangre, en la que a nombre de la democracia los “revolucionarios” de antaño pactan con los autoritarios de siempre, para medrar de la institucionalidad democrática. Es también la época del asco y de la impotencia que se tradujo, por un lado, en la lucha de las juventudes de los partidos de izquierda por radicalizar la democracia y que finalmente terminó con la ruptura de los jóvenes con sus propios partidos y, por otro, en la respuesta extrema de retomar la lucha armada bajo el influjo de la lucha anticolonial y antiimperialista. Los estudiantes y docentes de la carrera de Sociología fueron tributarios de ambas opciones. De igual manera, es el momento de la tristeza y el aislamiento, del retrotraerse en la individualidad. En ese entonces, los sociólogos se convirtieron en consultores o comenzaron a producir en soledad, vomitando la crítica ante la formalización de la democracia y su configuración clientelar y prebendal.

El cuarto momento coincide con la época de la derrota del neoliberalismo y de la insurgencia de los movimientos sociales, que abarca desde las jornadas de octubre de 2003, pasando por la elección constitucional del primer presidente indígena de Bolivia, hasta la actualidad. Es también una época de contradicciones que oscila entre la profundización de la democracia y la emergencia de tendencias autoritarias.

Es una época en la que la Carrera vive momentos de auge, de reformas académicas importantes, de una prolífica producción intelectual con relación al proceso de cambio que se implementaba en el país, de aporte significativo a la gestión pública en la primera etapa del gobierno de Evo Morales, a través de destacados docentes y profesionales formados en sus aulas. Pero es también una época en la que se vivió una de las crisis institucionales más profundas, expresada en la descomposición y corrupción de altas instancias del cogobierno docente estudiantil, en la impronta de tendencias corporativistas y clientelares que estuvieron a punto de consolidar espacios de mediocridad en la Carrera mediante la instrumentalización de los procesos de selección y admisión docente.

De igual manera es la época del momento actual en el que Sociología se encuentra en un nuevo tiempo de auge: se ha logrado indexar la revista Temas Sociales en la biblioteca virtual SciELO, la Carrera ha sido acreditada a través de un proceso de evaluación externa, se ha avanzado en la conformación de un equipo docente de calidad, el Instituto de Investigaciones Sociológicas se ha consolidado como un destacado centro académico de investigación de la Universidad Mayor de San Andrés y se ha dado un gran salto en términos de infraestructura y equipamiento.

De estos avatares de la carrera de Sociología versa el presente libro. Su lectura es importante porque recupera la memoria histórica, pero también porque permite una mirada del presente y da luces para proyectar la Carrera en el futuro.

 

[1][1] España, F. Raúl (1992). Las condiciones de posibilidad de las modificaciones de la cultura política (Bolivia 1978 – 1990) (Tesis de pregrado). Universidad Mayor de San Andrés, La Paz, Bolivia.

[2] Zavaleta Mercado, René (1983). Las masas en noviembre. La Paz: Editorial Juventud.